El aumento de la biomasa vegetal de los montes actúa como combustible que potencia y maximiza los incendios forestales.

 Isabel María Llorente, ingeniero forestal y cofundadora de Maderea, una plataforma digital para fomentar el mercado nacional de la madera y optimizar sus recursos, sostiene que la tradición del uso del fuego junto con la sequía y el abandono que sufren nuestros montes, da como resultado un escenario desolador.  

El aumento de la biomasa vegetal de los montes actúa como combustible que potencia y maximiza los incendios forestales. 

Es por ello que no solo se pueden centrar todos los esfuerzos en la extinción de los incendios,sino que un buen sistema de prevención reduciría la propagación de los incendios en nuestros montes.

En 2016 se hicieron tratamientos preventivos en 2.642 hectáreas, mientras que se quemaron 65.816,99 hectáreas. 

La distribución de los incendios no es homogénea en toda España, por ser las condiciones muy diferentes. La región del Noroeste es la más azotada por los efectos devastadores de los incendios forestales, con un 44% de los siniestros.

Galicia es una de las comunidades históricamente más afectada. Como explica Llorente Galicia tiene una gran superficie forestal en la que se realizan cortas muy por debajo de sus posibilidades, se corta menos madera de la que se debería. 

Esto genera un aumento del material vegetal, que junto a la sequía fisiológica que sufre en ciertos meses del año, provoca que la propagación de los incendios se produzca con gran virulencia.