Ecologistas en Acción de Castilla y León presenta al Presidente de la Comunidad una carta firmada por más de 1250 organizaciones de todo el mundo contra el Fracking


Con motivo del Día Internacional contra el Fracking, este 11 de Noviembre Ecologistas en Acción de Castilla y León ha presentado en el registro de la Junta de Castilla y León una carta dirigida al Presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, firmada por 1250 organizaciones de 64 países, para pedir la paralización de la fractura hidráulica (fracking en inglés), la técnica de extracción de gas de esquisto, arenas bituminosas y otros métodos de extracción relacionados. 


La carta hace referencia fundamentalmente a la necesidad de mantener los combustibles fósiles bajo la tierra, pues éstos van a ser necesarios para construir de forma pacífica una economía baja en carbono, así como para mitigar los efectos irreversibles del cambio climático. Es ampliamente aceptado que, si consumiéramos más de 1/3 de las reservas totales de combustibles fósiles antes del año 2050, la temperatura media del planeta aumentaría en más de 2ºC, lo que tendría efectos devastadores. Incluso superando el 1,5ºC de calentamiento medio los impactos serían inaceptables tanto para la vida humana como para la del resto del planeta.



La carta toma el ejemplo del Gobernador de Nueva York que, a partir de una revisión de los impactos que el fracking suponía para la salud, ha prohibido esta práctica en el estado de Nueva York. Decisión que ha sido secundada por países como Francia y Bulgaria. Los impactos negativos del fracking incluyen contamintación del aire (con grandes emisiones de metano, gas con 21 veces más potencial de calentamiento global que el CO2) y agua, problemas en la salud pública, terremotos, además de ir en detrimento del cambio urgente e inevitable hacia las energías renovables. 


En Castilla y León, la provincia de Burgos es en la que los permisos de fractura hidráulica están más avanzados de toda España y, tras rechazar en tres ocasiones las mociones de oposición en terreno burgalés, han acabado por presentar alegaciones en contra de los pozos proyectados por BNK y por aprobar una moción en contra de esta técnica  a la espera de nuevas informaciones que certifiquen  que su puesta en marcha sería segura para la salud y el medio ambiente. Sin embargo, el permiso "Gran Enara", que agrupa varios permisos de investigación que afectan a País Vasco, Castilla y León, Navarra y Cantabria, ha sido ampliado por el Ministerio de Industria hasta 2017, lo que pone de manifiesto la voluntad del Gobierno central y de los gobiernos castellano-leonés y vasco de seguir adelante con la carrera del gas.
Al movimiento global contra el fracking le impulsa la creciente evidencia científica de los efectos de la fractura hidráulica en el agua, el aire, la salud, la estabilidad sísmica, las comunidades, y el clima, factores de los que todos dependemos.  El Global Frackdown fue originalmente concebido como un día internacional de acción, pero en 2015 tendrá lugar durante todo el mes de noviembre y en el período previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París, Francia. 
Ecologistas en Acción denuncia que la industria del petróleo y el gas ha gastado millones de dólares en campañas de relaciones públicas y cabildeos de alto perfil para poder extraer combustibles fósiles de nuestras comunidades sin la suficiente supervisión gubernamental. Sin embargo, la opinión pública en oposición al fracking continúa creciendo.
Mientras que la industria está trabajando intensamente para proteger sus ganancias y extinguir la demanda mundial de combustibles limpios y renovables, hay un enorme movimiento en marcha en todo el mundo para proteger nuestros recursos globales del fracking.
Contenido íntegro de la carta:

Estimado/a Sr./Sra.:
Se acerca la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Paris (COP21) y queremos pedirle que tome una acción decisiva; no sólo a partir del establecimiento de objetivos para la reducción de emisiones, sino también, confrontando explícitamente la necesidad fundamental, basada en la ciencia, de mantener los combustibles fósiles bajo tierra. Concretamente, le solicitamos que rechace la fractura hidráulica (fracking) y el uso de acidificación para la producción de petróleo y gas natural y toda la infraestructura relacionada con estas técnicas. Usted debe tomar medidas para realizar una transición radical hacia un futuro con energía 100% renovable, y necesaria para remediar el calentamiento global y contar con una garantía para la estabilidad del clima.

El pasado diciembre, el Gobernador Cuomo de Nueva York, finalizó una revisión sobre los impactos del fracking en la salud que se tradujo en la prohibición de esta práctica en el estado de Nueva York. Esta decisión siguió el ejemplo de países como Francia y Bulgaria que también han prohibido el fracking. Esta medida es una respuesta a la cada vez más grande evidencia científica sobre los impactos negativos del fracking, que incluyen la contaminación del aire y agua, problemas en la salud pública, y terremotos, sin contar con los impactos significativos de la minería para arenas de fracturamiento, oleoductos y otros proyectos de infraestructura en las comunidades, el medio ambiente y la salud pública en general.

Con respecto a los impactos climáticos, es cierto que la quema de gas natural produce menos dióxido de carbono que la quema de carbón o petróleo. Por esta razón, el gas proveniente del
fracking ha sido promovido como favorable para el clima y considerado un “combustible de transición[1]”. Sin embargo, la realidad es que el gas proveniente del fracking es la transición hacia el caos climático sin un horizonte de salida. Hay tres razones básicas para ello.

En primer lugar y principalmente, un aumento en el uso de gas natural en el sector de la electricidad, no sólo desplaza a otros combustibles fósiles, sino también desplaza soluciones más limpias, como la eólica, la solar y la eficiencia energética. Estas soluciones son fundamentales para enfrentar el desafío climático, aún así, el fracking y la infraestructura energética expandida basada en el gas continuará impidiendo su desarrollo.

En segundo lugar, a más gas natural, más metano, un potente gas de efecto invernadero que se fuga más de lo esperado de pozos y tuberías[2]. Como consecuencia, el aumento de emisiones de metano provenientes del uso de gas natural en lugar de otros combustibles fósiles desplaza, y puede superar, la disminución de dióxido de carbono (CO2) utilizado que justifica el uso de gas natural.

Tercero, dejando de lado los problemas de la industria con relación a la fuga de metano y enfocándonos solamente en el CO2, la extracción y quema de gas proveniente del fracking nos amenaza con la liberación significativa de más CO2 de lo que el mundo puede permitirse. Para evitar los efectos irreversibles del cambio climático, casi todo el gas natural que podría ser extraído por medio del fracking debe permanecer bajo tierra sin ser quemado. Ese es el caso, incluso, si se tomara una acción global decisiva para disminuir el uso de petróleo y carbón.
Para ilustrar este último punto, es ampliamente aceptado que no más de un tercio de las reservas probadas de combustibles fósiles pueden ser consumidas antes del año 2050, si queremos tener una mayor posibilidad de evitar los 2ºC de calentamiento global. Sin embargo, estas estadísticas subestiman el problema de dos maneras. Primero, sólo se basan en las reservas probadas – sin contabilizar la mayor parte del gas proveniente del fracking, el petróleo del Ártico y el petróleo de arenas bituminosas que ahora están en la mira. Casi todo este petróleo y gas debe permanecer bajo tierra. Segundo, la estimación de las reservas probadas de combustible sin quemar deriva de la ciencia sobre el clima que ha quedado obsoleta, y el umbral de 2º es demasiado permisivo. Los científicos del clima son claros cuando dicen que incluso superando los 1,5º de calentamiento global los impactos serán inaceptables, particularmente en el Sur Global.

En otras palabras, si hemos de mantener la estabilidad de nuestro clima y la salud del planeta no podemos seguir caminando por un camino energético basado en los combustibles fósiles. A pesar de este hecho, los grandes intereses han logrado convencer a muchos gobiernos de que el gas de esquisto proveniente del fracking es un inofensivo “combustible de transición” hacia energías renovables. Este es un punto de vista peligroso y extremadamente erróneo.

El mundo se enfrenta a una crisis climática que ya ha traído impactos devastadores y que se espera escalará a niveles catastróficos sin no se toma una acción rápida. El fracking es la inacción, y va en la dirección opuesta del desarrollo de sistemas energéticos sostenibles accesibles a todos y basados en la utilización eficiente de los recursos energéticos seguros, abundantes,  asequibles y renovables, sujetos a condiciones y limitaciones regionales.

En la cumbre del clima en París, debe quedar claro que fracking para el gas de esquisto, gas compacto, el metano en capas de carbón y petróleo apretado, así como otros métodos de extracción extrema de combustibles fósiles, son incompatibles con la estabilidad climática. Le pedimos que apoye la prohibición del fracking y los procesos relacionados con el mismo, tanto en las políticas nacionales como en los relativos a los acuerdos internacionales, y hacer explícita la necesidad de maximizar la cantidad de combustibles fósiles que deben mantenerse bajo tierra y sin quemar.

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