Pesar por la muerte de Miguel Delibes‏

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El escritor castellano, genio de la literatura española, Miguel Delibes (llamado por los suyos «el maestro») falleció esta semana (12 / Marzo / 2010) a los 89 años de edad.

Biografía (wikipedia)
Miguel Delibes Setién (Valladolid, 17 de octubre de 1920 - † Valladolid, 12 de marzo de 2010)[1] fue un novelista español y miembro de la Real Academia Española desde 1975 hasta su muerte, ocupando el sillón "e".[2] Licenciado en Comercio, comenzó su carrera como columnista y posterior periodista de El Norte de Castilla, periódico que llegó a dirigir, para pasar de forma gradual a dedicarse en exclusiva a la novela.

Inicio de su carrera literaria [editar]

Tras contraer matrimonio, comenzó la carrera literaria de Miguel Delibes. Se abrió entonces un trienio clave que marcó su carrera: en 1947 comenzó a escribir su primera obra, La sombra del ciprés es alargada, y nació su hijo Miguel, que llegaría a ser un conocido biólogo.[9] En 1948, recibió el Premio Nadal por La sombra del ciprés es alargada, comenzando así a despuntar en el panorama novelístico español. Poco después nació su hija Ángeles, conocida bióloga e investigadora. 1949, último año de ese trienio, estuvo marcado por la publicación de un nuevo libro, Aún es de día, que sufrió la acción de la censura. Como catedrático de Historia en la Escuela de Comercio, hubo de enfrentarse también a los censores franquistas a la hora de tratar en sus clases lo concerniente a la victoria nacional en la Guerra Civil. A mediados de año nació Germán, su tercer hijo, y catedrático de Prehistoria en la Universidad de Valladolid.[11]

La caza, a la que Delibes era un gran aficionado, es un tema recurrente en sus obras.

En 1950 se inició una nueva etapa en la carrera literaria del escritor: tras sufrir un brote de tuberculosis,[12] publicó El camino, su tercera novela, en la que narra el proceso que sufre un niño en el descubrimiento de la vida y de la experiencia ante la amenaza de dejar el campo y marchar a la ciudad, obra que constituye su consagración definitiva en la narrativa española de la Posguerra. Ese año, nació su hija Elisa, filóloga hispánica y francesa.[11]

En 1952, fue nombrado subdirector del diario El Norte de Castilla, por lo que sus enfrentamientos con la censura se volvieron cada vez más directos y frecuentes. El escritor abrió una etapa en la que publicaba una nueva obra de manera prácticamente anual, a saber: Mi idolatrado hijo Sisí (1953), La partida (1954), Diario de un cazador (1955) –Premio Nacional de Narrativa–, Un novelista descubre América (1956), Siestas con viento sur (1957) –Premio Fastenrath–, Diario de un emigrante (1958) y La hoja roja (1959), de contenido existencialista, donde un fotógrafo rememora su vida al borde de la jubilación. En 1956, en pleno apogeo de este periodo, nació su hijo Juan, biólogo y aficionado a la caza y la pesca como su padre,[13] y ya en 1958 fue nombrado director de El Norte de Castilla.[14

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