RUTAS HISTÓRICAS




  
La Fundación Villalar - Castilla y León,  la Diputación Provincial de Zamora, la Diputación Provincial de Valladolid, la Fundación Caja Rural de Zamora y los Ayuntamientos de Villalar de los Comuneros, Toro, Tordesillas, Torrelobatón, Wamba,  La Santa Espina, San Cebrián de Mazote, Pedrosa del Rey, Tiedra, Urueña, Mota del Marqués, Morales de Toro, Pinilla de Toro y Villalonso, han llegado a un acuerdo de colaboración, con la finalidad de potenciar la dinamización cultural y turística en la zona de influencia de Villalar de los Comuneros, poniendo en valor el recurso turístico que suponen los relevantes acontecimientos históricos que se desarrollaron en la zona en torno al movimiento Comunero, a través de la puesta en marcha de rutas turísticas guiadas, y aprovechando igualmente el potencial turístico que para toda la zona supone la celebración de la exposición “Edades del Hombre 2016” en Toro.

OBJETIVOS DE LAS RUTAS:

  • Poner en relieve y difundir los acontecimientos históricos que tuvieron lugar durante la revolución de las Comunidades en el entorno geográfico próximo a Villalar de los Comuneros.
  • Resaltar los elementos del Patrimonio Cultural que se pueden visitar en cada municipio.
  • Desarrollar un primer proyecto de dinamización cultural y turística  para los municipios del entorno geográfico de Villalar de los Comuneros, con la participación de entidades públicas y privadas.
  • Dar relevancia de los acontecimientos históricos en torno al movimiento Comunero, ocurridos o vinculados con cada uno de los municipios incluidos en las rutas.
  • Complementar la afluencia turística generada a raíz de la exposición de las Edades del Hombre en Toro, sirviendo como estímulo para prolongar la estancia de los visitantes.

Habrá 2 rutas en autobús, con salida y llegada en Toro (Plaza del Álcazar) y en Tordesillas (Estación de autobuses).
Las rutas se realizarán de forma alterna cada domingo, desde el 31 de julio (Toro) hasta el 27 de noviembre (Tordesillas), saliendo a las 9:00 h. y llegando a las 14:00 h.  (5 horas aproximadamente).                                                                                                                                                                                                                                                             

Precio:   8 €         Pincha aquí y compra tus entradas 

Para cualquier otra cuestión o información adicional, por favor no dude en contactar con nosotros en el email:   general@fundacionvillalarcyl.es

MUNICIPIOS INCLUIDOS EN LAS RUTAS                         

MORALES DE TORO

Una Historia con sabor a vino
Se propone una visita a Pagos del Rey Museo del Vino, inaugurado en 2014, donde se exponen diversas manifestaciones culturales de la viticultura y la elaboración del vino desde sus orígenes hasta nuestros días.
Visitar este Museo del Vino supone disfrutar de una singular interpretación de la filosofía del mundo del vino a través de su historia, tradición y cultura. Un acercamiento natural a unos valores que tienen mucho que ver con la educación en los pequeños detalles. Fragmentos de nuestras propias experiencias, que han hecho de este alimento un modo de vida y disfrute trascendental para muchas generaciones, y que el museo trata de mantener activo, recuperándolo con una manera de vivirlo y contarlo cercana a todos.

PEDROSA DEL REY

Cercada por las tropas imperiales
El 29 de febrero de 1521, una vez tomada la fortaleza de Torrelobatón, Juan de Padilla comenzó a recibir refuerzos desde Toro y Zamora. Sin embargo, enterados de ello los partidarios del Emperador, les cortaron el paso y les sitiaron en Pedrosa del Rey, lo que obligó al líder comunero a sacarles del aprieto con 3.000 infantes. “Como los caballeros vieron el poder de Juan de Padilla, alzáronse de Pedrosa, volviendo por otro camino a Tordesillas”, relatan las crónicas.
Años después del triste desenlace de la guerra comunera, concretamente en 1538, Carlos I eximió a la localidad de su dependencia de Toro, de ahí el sobrenombre “Del Rey”. Además de haber acogido el episodio histórico señalado, Pedrosa del Rey posee una iglesia parroquial dedicada a San Miguel, construida en piedra, mampostería y tapial, cuyo origen data del siglo XVI, y una Ermita de la Virgen de Gracia, de planta rectangular y fechada en esa misma centuria.

 

VILLALAR DE LOS COMUNEROS

Símbolo de la lucha por la libertad
Tras el asalto y conquista de Torrelobatón, en febrero de 1521, Padilla desistió de avanzar hacia Medina de Rioseco, feudo de los realistas, y solo protagonizó algunas incursiones aisladas, como, por ejemplo, la toma de Castromonte. A mediados de marzo, el bando imperial, reforzado por el apoyo de los nobles y comandado por el condestable y el almirante de Castilla, decidió trasladar su campamento a Peñaflor de Hornija, villa señorial de los Girones situada a ocho kilómetros de Torrelobatón. En las tropas comuneras no tardó en cundir la inquietud.
Fue entonces cuando Padilla decidió partir en dirección a Toro. Enterados por medio de los escuchas y corredores de campo, el condestable y el almirante no tardaron en abalanzarse sobre su ejército. Le dieron alcance en una campa próxima a la localidad vallisoletana de Villalar, concretamente en el lugar denominado Puente de Fierro, sobre el arroyo de los Molinos, un terreno muy pegajoso y fangoso. El ejército realista atacó de inmediato y sin esperar la llegada de la infantería, con lo que impidió el despliegue de las tropas comuneras. Éstas, tremendamente cansadas y físicamente acechadas por las inclemencias del mal tiempo y el estado fangoso del suelo, fueron presa fácil de la caballería. Era el 23 de abril de 1521.
Los líderes comuneros fueron ajusticiados al día siguiente. En 1889 se construyó el monolito que les rinde homenaje y que simboliza el hálito de libertad que animaba la revuelta, y en 1932 la localidad adoptó el nombre completo de Villalar de los Comuneros. La fiesta de Villalar, que viene celebrándose desde 1976, fue declarada fiesta oficial de Castilla y León en 1986.

 

SAN CEBRIÁN DE MAZOTE

Y el Rey de Castilla y León
En 1520, cuando tiene lugar la revuelta comunera, San Cebrián de Mazote era señorío de Juan de Ulloa, hombre fiel a Carlos V, vecino y regidor de Toro y señor de La Mota, que además fue uno de los nobles que el 5 de diciembre de 1520 acudió con los imperiales a Tordesillas para librar a esta localidad de las manos comuneras. No es improbable, por tanto, que en agosto de aquel año, cuando las tropas imperiales prendieron fuego a Medina del Campo, los comuneros reaccionaran tomando el señorío de Ulloa, incluido San Cebrián de Mazote.
El origen de esta localidad se remonta al año 952, coincidiendo con la repoblación mozárabe llevada a cabo bajo auspicio de la monarquía astur. San Cebrián fue escenario además de importantes acontecimientos históricos, entre ellos la proclamación del monarca Fernando III el Santo, artífice de la definitiva unión de las dos Coronas, leonesa y castellana, en 1230. Fue también el lugar elegido por Bárbara Blomberg, madre de Juan de Austria, para su retiro. Su principal atractivo es la iglesia parroquial, una de las obras maestras del arte mozárabe en Castilla y León.

TIEDRA

Y los Girón
Su nombre procede de la palabra romana ‘Yedra’, la cual haría referencia al asentamiento ubicado en la planicie de la ermita. Tiedra aparece poblada de manera regular desde el siglo XI, concretamente desde época de Sancho II, hacia el año 1060, y fue señorío de la potente familia castellana de los Téllez de Meneses hasta que en 1445 Enrique II ofreció su jurisdicción señorial a Pedro Girón, uno de cuyos descendientes fue el capitán comunero del mismo nombre, que reemplazó temporalmente a Juan de Padilla. Entre los episodios históricos más destacados figura el Auto de Fe que a mediados del siglo XVI guio el inquisidor del reino, Fernando Valdés, contra un vecino que afirmaba que las mujeres no debían confesarse con los clérigos sino con sus maridos. Sus edificios más representativos son el castillo y la iglesia del Salvador.

PINILLA DE TORO

El paso de la guerra
Entre las propiedades zamoranas donadas en 1070 al poderoso Monasterio de Sahagún figura Pinilla de Toro, que en esa época histórica suele aparecer citada como ‘Peniella’ o ‘Pennella de Toro’. Poco después, concretamente en el año 1153, se hace referencia a su iglesia de San Martín, que Fernando González y su mujer, María Rodríguez, donaron a la catedral de Zamora. Pinilla recibió fuero en 1147 y fue capaz de resistir la dura crisis del siglo XIV, que diezmó varias localidades toresanas. La Guerra de la Independencia marcó su devenir contemporáneo, pues en enero de 1809, tropas francesas incendiaron la localidad en represalia por ciertos disturbios generados contra su presencia. Entre su patrimonio monumental destaca la citada iglesia parroquial de San Martín, reformada en los siglos XVI y XVIII, que cuenta con un bello retablo renacentista en la capilla mayor y una talla de madera policromada en el baptisterio, venerada como Santa Ana y datada dentro del primer cuarto del siglo XIII. También, la ermita de San Sebastián y la iglesia de San Esteban, conocida ésta como ‘El Cabildo’, del siglo XVI.

VILLALONSO

El último refugio comunero
La historia de las Comunidades de Castilla toca de lleno a la localidad zamorana de Villalonso a través, fundamentalmente, de su magnífico castillo, propiedad, desde la segunda mitad del siglo XV, de Juan de Ulloa y su esposa, María de Sarmiento. Ambos se pusieron del lado de Juana la Beltraneja en la lucha por la sucesión al trono de Castilla tras la muerte de Enrique IV, pero fueron derrotados en Toro por los partidarios de la futura reina, Isabel I; de hecho, Juan perdió la vida en la contienda. La fortaleza acogió a las tropas comuneras que lograron huir de la derrota de Villalar, el 23 de abril de 1521, pues se sabe que un hijo del citado Ulloa, de nombre Diego, se puso del lado comunero prácticamente desde el inicio de la rebelión. Por ello, al finalizar la revuelta, Diego de Ulloa y Sarmiento fue condenado a muerte por el emperador Carlos V, y si finalmente logró librarse de la máxima pena fue gracias al pago de una cuantiosa suma de dinero, en total 10.000 ducados de oro, que hizo efectivo su esposa, Isabel de Fonseca, en 1524.

TORO

Ciudad comunera
Sede actual de la XXI edición de las Edades del Hombre, la ciudad de Toro acogió destacados episodios de la revuelta de las Comunidades. Ya en marzo-abril de 1520, cuando primero en Santiago y luego en La Coruña se votó en Cortes el servicio solicitado por el rey Carlos para coronarse Emperador, el cual ascendía a 220 millones de maravedíes, los procuradores de Toro fueron de los pocos, junto a los de Córdoba, Murcia y Madrid, que se opusieronDe hecho, la revuelta comunera prendió en Toro velozmente, debido también a la influencia del célebre obispo Antonio de Acuña. Ocurrió en junio de 1520.
En dirección a Toro partieron precisamente las tropas comuneras acantonadas en Torrelobatón, lideradas por Juan de Padilla, cuando el 23 de abril de 1521 fueron alcanzadas por los imperiales y derrotadas en Villalar. Y toresano era Juan de Ulloa, regidor de Toro, señor de La Mota, de San Cebrián de Mazote y de la Vega del Condado, que hirió a Padilla en esa misma batalla, en la que también fue prendido su hermanoHernando de Ulloa, el cual, curiosamente, era uno de los jefes comuneros de Toro. En total, diez comuneros de esta localidad fueron exceptuados del Perdón otorgado en 1522 por el emperador.

MOTA DEL MARQUÉS

Asaltada por Padilla
Si el nombre genérico de Mota equivale en la provincia a fortaleza, el ‘apellido “del Marqués” responde a la voluntad de Felipe II de erigir esta localidad en marquesado a favor de don Rodrigo de Ulloa. En efecto, este pueblo fue señorío de los Ulloa, que protegieron la villa y recibieron la merced de un mercado franco todos los jueves por parte de los Reyes Católicos. Aquí nació además Magdalena de Ulloa, casada con don Luis de Quijada y madre adoptiva de don Juan de Austria.
Juan de Ulloa, vecino y regidor de Toro y señor de La Mota y San Cebrián al que hemos visto anteriormente, fue uno de los nobles que el 5 de diciembre de 1520 acudió con los imperiales a Tordesillas para librar a esta localidad de las manos comuneras. Y es que, meses antes, concretamente después del incendio de Medina del Campo, ocurrido en agosto de 1520, los comuneros habían asaltado su señorío, principalmente la fortaleza que tenía en La Mota. Ulloa participaría también en la batalla de Villalar, el 23 de abril de 1521, llegando a herir al mismísimo Juan de Padilla.
En la actualidad, el castillo de la Mota solo conserva su torreón principal en ruinas, con saeteras para la defensa y cubierto con cúpula, fue. Los Ulloa poseen en el pueblo su palacio, del siglo XVI, que hoy es un convento de monjas, y del XVI es también la iglesia de San Martín, de tres naves y traza de Rodrigo Gil de Hontañón, el mejor de nuestros arquitectos renacentistas.

URUEÑA

Refugio de Pedro Girón
Cabecera de la merindad del Infantazgo de Valladolid en época del rey Pedro I, Urueña es hoy la primera Villa del Libro en España y entre sus principales atractivos patrimoniales ofrece su espléndida muralla y el castillo, que fue lugar de retiro de María de Padilla en 1354, además de prisión de personajes célebres. Potente señorío de los Téllez Girón, precisamente el capitán comunero Pedro Girón, que en septiembre de 1520 reemplazó en el cargo a Juan de Padilla, era hijo del conde de Urueña, Juan Téllez Girón, y al poco tiempo de ser nombrado al frente de la Junta comunera ubicó en esta localidad un pequeño destacamento.
Sin embargo, cuando en diciembre de 1520 las tropas imperiales recuperaron Tordesillas, Pedro Girón fue depuesto del mando y, según parece, culminó entonces su traición al ejército comunero. En ese momento se retiró a las tierras de su padre. Aunque exceptuado del Perdón del Emperador, en 1524 Pedro Girón terminó reconciliándose con él y cuatro años después heredó el título de conde de Urueña.

LA SANTA ESPINA

"Jeromín" conoce a su hermano
El monasterio cisterciense de La Santa Espina, mandado construir en 1147 por doña Sancha de Castilla, hermana de Alfonso VII, fue escenario de un curioso episodio que tiene como protagonistas a Carlos V y a su hijo y sucesor en la Corona, Felipe II. Ocurrió en septiembre de 1559, cuando Juan de Austria, uno de los cinco hijos que tuvo el emperador fuera de su matrimonio, conoció su verdadero origen. ‘Jeromín’, diminutivo de ‘Jerónimo’, nombre con el que fue bautizado, había sido criado por Luis de Quijada, señor de Villagarcía de Campos, y su esposa, Magdalena de Ulloa, y fue precisamente en el Monasterio de la Santa Espina cuando, sabedor ya de que su padre era Carlos V, se encontró por primera vez con su hermano Felipe II. Según las crónicas, el encuentro se produjo en las cercanías de lo que hoy es la entrada de la abadía, durante una cacería en los Montes Torozos. Avezado jinete y espadachín, Juan de Austria fue además artífice de la histórica victoria española en la Batalla de Lepanto (1571).

WAMBA

Acampada imperial en la iglesia del osario
Localidad célebre por su iglesia mozárabe de Santa María, heredera quizás de un monasterio visigodo sobre cuyas ruinas edificaron los cristianos en el siglo X, Wamba también vivió su propia experiencia comunera. Ocurrió en abril de 1521, días antes de la decisiva batalla de Villalar, momento en que las tropas imperiales mandadas por el conde de Haro decidieron acampar en Wamba y Zaratán. Sumaban tres mil lanzas y seiscientos jinetes.
Claro que el mayor atractivo de la localidad sigue siendo ese osario con miles de huesos y calaveras, cuyo origen sigue siendo buen argumento para el debate y la fabulación. Para algunos se trata de un relicario monumental concebido por los monjes hospitalarios de San Juan, que se asentaron a finales del siglo XII, mientras otros le dan un fin más sencillo: “manos piadosas” apilaban los restos en un mismo lugar cuando se desenterraban los cuerpos para inhumar a nuevos fallecidos ante la falta de espacio para dar tierra sagrada a los cadáveres. “Como te ves, yo me vi, como me ves, te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás”, advierte una inscripción.

TORRELOBATÓN

El último destello de gloria comunera
El último destello de gloria comunera aconteció en Torrelobatón, localidad que entonces pertenecía al almirante de Castilla y cuya fortaleza alberga en la actualidad el Centro de Interpretación del Movimiento Comunero. La campaña la preparó a conciencia Juan de Padilla en febrero de 1521, pues su situación estratégica, en la línea que une Valladolid, Medina de Rioseco y Tordesillas, se le antojaba decisiva para avanzar en los intereses de la Comunidad. 
Enterado del asedio, el conde de Haro partió hacia Torrelobatón pensando en introducir media docena de gente a caballo al mando de Francisco de Osorio, señor de Valdunquillo, para desbaratar así los planes de Padilla. Pero esta decisión contradecía los deseos del almirante de Castilla, partidario de que entrasen hombres armados, por lo que esta falta de entendimiento desembocó en un agrio desencuentro que llevó al almirante a ordenar a Osorio, enojado, que no se moviera de Tordesillas. Sabido esto, el conde de Haro volvió sobre sus pasos dejando que Padilla tomase Torrelobatón. El asedio duró prácticamente hasta el día 29.
Aunque la toma de esta localidad fue acogida en el bando comunero con gran entusiasmo, éste no sabrá sacar provecho de la importante victoria que suponía. Una tregua fracasada, la creciente radicalización de las posturas y la relajación de las milicias terminarían por dar al traste con las esperanzas suscitadas aquel 29 de febrero de 1521.

TORDESILLAS

La Reina Juana y la presión comunera
«El Capitán de Toledo Juan de Padilla, viendo que ya no tenía resistencia, tomando la gente de Segovia y Ávila se vino a Medina. Tomó consigo la artillería y fuese a Tordesillas, y echó de allí al Marqués de Denia, y apoderose de la Reina Doña Juana nuestra Señora, y de la Serenísima Infanta Doña Catalina. Y este hecho luego se pasó a Tordesillas la Junta que estaba en Ávila. De manera que vuestra Majestad tiene contra su servicio Comunidad levantada, y a su Real justicia huida, a su hermana presa y a su madre desacatada».
Así relataba el cardenal Adriano al Emperador lo que ocurrió en Tordesillas el 29 de agosto de 1520, cuando las tropas de Juan de Padilla, al frente de las milicias de Toledo, Madrid y Segovia, después de entrar como libertadoras en Medina del Campo, llegaron a Tordesillas. Fue así como la localidad vallisoletana se convirtió en capital circunstancial de la revuelta comunera. La pretensión de Padilla no era otra que obtener el apoyo de la reina Juana, cautiva en el Palacio tordesillano desde 1509, pero aunque ésta se mostró amable con los comuneros, no cedió a sus pretensiones de rubricar documento alguno en contra de su hijo, el emperador Carlos V.
A principios de diciembre, una impericia del ejército comunero, comandado entonces por Pedro Girón, dio al traste con su dominio sobre Tordesillas: Girón había decidido levantar el campamento y dirigirse sobre Villalpando, señorío del condestable, lo que dejó la vía abierta a los imperiales para reconquistar la ciudad. Así hicieron el día 5.
Junto al de las Comunidades de Castilla, la villa de Tordesillas ha sido escenario de otros episodios históricos de enorme relevancia, como la firma del célebre Tratado por el que en 1494 las Coronas de Castilla y Portugal fijaron la línea de demarcación de las conquistas ultramarinas, lo que hace obligada una visita a las Casas del Tratado. Y no menos obligado es acudir a la iglesia de San Antolín, que alberga un imponente retablo de Juan de Juni y Gaspar de Tordesillas, y más aún al Real Monasterio de Santa Clara, antiguo palacio mudéjar convertido por Pedro I en convento de clarisas para que profesen en él reinas viudas y princesas.

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