El Parlamento Europeo limita el uso de antibióticos en animales de granja
· La Eurocámara pretende mantener los alimentos libres de bacterias resistentes y evitar así que sean perjudiciales para la salud pública
· España es uno de los países de la UE con los índices más altos de venta de antibióticos de uso veterinario en Europa
· Nuestro país ya adoptó el Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos en 2014 para frenar su uso en las granjas
El Parlamento Europeo ha aprobado este jueves una nueva normativa para limitar el uso de antibióticos en las granjas. Con esta medida, la Eurocámara pretende mantener los alimentos libres de bacterias resistentes y evitar así que estas perjudiquen la salud pública.
La nueva ley establece que las medicinas veterinarias no deben, bajo ninguna circunstancia, servir para mejorar el rendimiento o compensar la mala cría de animales. En este sentido, el Parlamento considera que los medicamentos se pueden usar solo cuando el veterinario los justifique por completo en los casos en que exista un alto riesgo de infección.
Esta norma, que llega una semana después del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos (18 de noviembre), también establece que los alimentos importados tendrán que cumplir con las normas de la UE.
España, líder de uso de antibióticos de uso veterinario
España es uno de los países de la Unión Europea con los índices más altos de venta de antimicrobianos de uso veterinario en Europa. Según el informe ESVAC (European Surveillance of Veterinary Antimicrobial Consumption), dependiente de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), en 2014 España se situó a la cabeza de consumo de antibióticos en animales, con 418,8 mg de principio activo por unidad de corrección de población. A partir de entonces, con la puesta en marcha del Plan Nacional de Resistencia a los Antibióticos, el consumo se redujo un 10 por ciento en los datos de 2016.
Solo siete países europeos cuentan con un plan específico para luchar contra la resistencia a los antibióticos. En el caso nacional, el Plan se estructura en seis líneas estratégicas, comunes para la sanidad humana y veterinaria, que a su vez se subdividen en medidas y acciones concretas en las áreas de vigilancia, control, prevención, investigación, comunicación y formación.
Problema a nivel mundial
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el año pasado que las industrias agropecuarias, piscicultora y alimentaria dejasen de utilizar sistemáticamente antibióticos para estimular el crecimiento y prevenir enfermedades en animales sanos.
A este respecto, el eurodiputado francés Françoise Grossetête (PPE), ponente de esta regulación, dijo: “Este es un gran paso adelante para la salud pública. Más allá de los agricultores o dueños de animales, el uso de medicamentos veterinarios nos concierne a todos porque tiene un impacto directo en nuestro medio ambiente y en nuestros alimentos; en definitiva, sobre nuestra salud. Gracias a esta ley, podremos reducir el consumo de antibióticos en las explotaciones ganaderas, una importante fuente de resistencia que luego se transmite a los humanos. La resistencia a los antibióticos es una verdadera espada de Damocles, que amenaza con enviar a nuestro sistema de atención médica a la Edad Media".
Próximos pasos
Tras el voto en la comisión parlamentaria, comenzarán las negociaciones entre el Consejo, la Comisión y el Parlamento para llegar a un acuerdo definitivo.